«El Tribuno»
Un tribuno hábil y astuto
hablábale de política a ciertos brutos,
ofrecíales cielos y tierras para ellos
y los muy plebeyos
en conciencia lo creían
porque llegando el sufragio
al copo le votarían.
Llegó el jubiloso momento
y el dadivoso se sentó en el parlamento.
Esperan ansiosos los votantes
que las tierras al instante
en sus manos que darían.
Pero la dulce espera
convirtiose en quimera
al entender que la tierra
para los que morían era.
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Moraleja:
Desengaño es la política
nada espere infeliz bracero
ellos luchan por su acomodo
y aunque te ofrezcan el cielo
de tu famélico puchero
se alimentaran como lobos carniceros.