«El Sol y la Luciérnaga»
Una luciérnaga admiraba
los rayos del sol en la tarde
-Que luz tan bella: -decía-
como brillas, como ardes.
-Soy el sol, ya mi albor
nada hay que le iguale.
¿Tú, coleóptero porque te asombras?
Das tú luz en algún instante?
Calló la luciérnaga entristecida
pero al caer la tarde
perdió el sol su reflejo
y oscureciendo la noche
luz dio la luciérnaga sin alarde.
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Moraleja:
Nadie debamos sentirnos orgullosos
ni en nuestra vanidad haya derroche,
porque si unos brillan en el día
otros resplandecen en la noche.