«El niño y el gato»
Desplumaba a un pobre pajarito
un niño maldito.
De sus quejido se reía
cada vez que al suelo
una pluma caía.
-Carnicero ingrato:
-díjole un gato-
(que en envidia se relamía)
¿No te da pena ver
como al infeliz martirizas?
Dámelo; que yo te aseguro
que no seré tan duro
como tu conciencia te dicta.
El niño lo suelta y se lo entrega,
con saña entre sus dientes lo devora
le da fin y luego alega:
-Ves lo feliz que es ahora.
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Moraleja:
De dos verdugos en infamia
nunca te veas sitiado,
son nefastos en su opinión
uno, te destroza el alma
y el otro el corazón.