«La Vanidad»
Huida del cielo
caía una estrella
en precipitado descenso.
Viendo su vida extinguida
en tan agonizante momento,
suspiraba mientras caía
en doloroso lamento:
¿Quién sustituirá con más brillo
la luz que yo ofrecía
en amor y desvelo?
– No te acongojes mi bella.
-le respondió un lucero-
que más centelleante que tú
nacen todos los días en el cielo.
…………………………..
Moraleja:
Nunca nos creamos superiores
ni imprescindibles, ni portentosos,
porque siempre habrá una luz
o un genio más esplendoroso,
y más que esa estrella resplandezca
anule, nuestra vanidad
de creernos sabios o profetas.