El núcleo de población mellariense de Cañada del Gamo celebró ayer su tradicional romería de San José. La aldea, con apenas cien habitantes, es cita obligada para familias y jóvenes procedentes de lugares como Madrid, Bilbao o Barcelona.
Contar cómo un lugar en el que habitan un centenar escaso de personas congrega a un millar en torno a la celebración de San José no es fácil. Lo mejor es que lo hagan los asistentes: Manuel Angel Torrente, joven mellariense que trabaja en San Sebastián de los Reyes (Madrid), destaca que se trata de «la primera romería después del largo y duro invierno». Para el peñarriblense Miguel Sánchez, el fenómeno Cañada se explica porque «salimos de las discotecas y de los pubs en esta fiesta, que es la llegada de la primavera». La familia Amaro Calero, matrimonio mayor de 70 años, destaca en cambio «la tradición. Es la romería de toda la vida, venimos todos los años y antes, andando desde Fuente Obejuna» –hay 7 kilómetros hasta Cañada–. David Alonso vive en Madrid y vende ropa en la fiesta, él también aprovecha para visitar a su familia en el núcleo cercano de Ojuelos Bajos. Por su parte, Alba y Miki Damián montan su puesto de artesanía y, como jóvenes, reconocen que es una celebración «muy divertida, a la que acude mucha gente». Entre los numerosos asistentes a la misa y procesión de San José, Abelardo Molero, de Cañada pero residente en Palma de Mallorca desde hace 18 años, destaca «el reencuentro con los paisanos y el ambiente que se vive». Si aún no ha disfrutado de esta celebración, hágalo el año próximo. Sobran los motivos.
