El hecho de que el actual equipo de gobierno de la Diputación se marcara como principal objetivo para el presente mandato combatir la despoblación de la provincia no fue casual. Hay datos contrastados de que hay circunstancias que están haciendo que los pueblos, sobre todo los de menos de 10.000 habitantes y algunas aldeas, estén sufriendo un proceso de despoblación que, de no tomar medidas, puede tener consecuencias irreversibles. Los datos facilitados por la Diputación provincial desvelan que 50 de los 77 pueblos de la provincia de Córdoba han visto caer su población en los últimos 18 años.
El Norte
Según los datos facilitados por el presidente de la Diputación en Los desayunos de CÓRDOBA el pasado martes, la zona de la provincia que más está sufriendo este fenómeno es la del norte, las comarcas de Los Pedroches y el Guadiato, con una media del 4,7% de pérdida de población entre los años 2000 y 2018.
Hay pueblos donde la situación es especialmente delicada, como Santa Eufemia, donde el descenso de población es del 33,1%. Belmez, con el 24,46%, y Villaralto con el 24,38%, le van a la zaga. Localidades de mayor envergadura como Peñarroya Pueblonuevo también se resienten, con una caída de la población del 16,54%, o Fuente Obejuna, con sus 14 aldeas, donde el número de habitantes ha disminuido desde el año 2000 en un 21,04%.
Los que crecen
Por el contrario, hay municipios que en el mismo periodo de tiempo han experimentado un crecimiento constante de su censo. Este es el caso de Guadalcázar, con un aumento del 35,10%; La Carlota (34,34%), Villafranca (34,10%), Obejo (31,88%) y La Victoria (27,88%). En Lucena también aumentó un 16,70%.
Las causas
Este desfase poblacional entre unas y otras zonas hay que buscarlo en varios factores. El primero, el tan nombrado envejecimiento de la población, factor muy relacionado con la falta de oportunidades para los jóvenes, que les hace abandonar el medio rural en busca de mejores expectativas. Pero hay otro aspecto determinante y puesto de manifiesto por Antonio Ruiz en su intervención: las comunicaciones. Los pueblos en los que más ha crecido la población son los que están junto a las autovías y líneas de ferrocarril y los que han perdido están en los núcleos peor comunicados. Por eso, el presidente de la Diputación volvió a insistir en la necesidad del desdoble de la N-432 para convertirla en la A-81, la Autovía del Olivar y la línea de cercanías entre Palma y Villa del Río, a lo que habría que añadir la puesta en marcha de iniciativas generadoras de empleo.
Rafael Valenzuela.