El Centro Regional de Transfusión Sanguínea y la Asociación de donantes dedican un homenaje al colaborador fallecido Pedro Rodríguez y reconocen la solidaridad de 52 mellarienses, la colaboración del Consistorio y del colegio San Sebastián.
La sangre no se fabrica. Si no existieran voluntarios que la entregan a cambio de nada serían imposibles las transfusiones, la fabricación de algunos medicamentos y los trasplantes de órganos. Y fue eso, su sangre y dedicación, lo que ofreció durante más de 25 años al Centro Regional de Transfusión Sanguínea -CRTS- el mellariense Pedro Rodríguez Redondo. Lo hizo hasta su fallecimiento, hace unos meses, y es por ello que esta entidad y la Asociación de Donantes, quisieron hacerle entrega de su merecida Cruz de Oro. Pero Pedro Rodríguez ha dejado una de las herencias más bellas y desde estos momentos la que fue su mujer, María del Carmen Alcázar, será la que continúe la labor que su marido inició. En este acto, que se celebró en el teatro municipal de Fuente Obejuna, intervinieron la alcaldesa, Isabel Cabezas; el coordinador médico del CRTS, doctor De Torres Fabio; el responsable del área de Promoción, Pedro Muñoz; y el secretario de la Federación Andaluza de Donantes, Manuel Ortega. Todos agradecieron la solidaridad y el altruismo a los mellarienses donantes, entregando distinciones a 52 voluntarios; al colegio San Sebastián, por ceder una de sus aulas para las colectas; y al Ayuntamiento. También, y de manera especial, se incidió en la necesidad importante de promover el hábito saludable de la donación entre los más jóvenes. Y es que la donación tampoco entiende de edades.