Córdoba tiene más riesgo de envejecimiento que de despoblación. Esa ha sido una de las conclusiones que se desprenden de la charla-coloquio titulada Ayuntamientos democráticos. La España vaciada, que forma parte del ciclo Córdoba es, que ha sido organizada por Diario CÓRDOBA y que se ha celebrado hoy jueves en el Hotel Hospes Palacio del Bailío. El evento ha sido conducido por el redactor jefe de Diario Córdoba, Rafael Aranda, y en él han intervenido el catedrático de Geografía Humana de la Universidad de Córdoba, José Naranjo; el presidente de la Diputación provincial, Antonio Ruiz; y el presidente del Colegio de Médicos de Córdoba, y primer alcalde democrático de Monturque, Bernabé Galán.
El catedrático José Naranjo considera que el concepto de la «España vaciada» no se puede trasladar a Córdoba, donde «hay pueblos que están creciendo» y ganando población, cosa que en el éxodo rural de los años sesenta y setenta no pasaba, ya que entonces «todos perdieron población menos la capital». «No hay una Córdoba vaciada”, sino una “Córdoba envejecida”, ha manifestado, en la que se producen más muertes que nacimientos y ese es precisamente su gran problema, «sobre todo, de futuro», «difícil de resolver» y ante el que “no podemos estar tranquilos” porque “va a más, no se va a curar de manera natural”. A su juicio, los tres parámetros fundamentales que regulan la población son la «economía», los «medios de transporte», es decir, la existencia de buenas comunicaciones, y la «disposición de un término municipal grande» con suelo para construir vivienda y para la instalación de empresas.
La despoblación afecta a 62 municipios de Córdoba
Ofrecer un futuro a los jóvenes
Según los datos aportados por Naranjo referentes al crecimiento vegetativo, el saldo durante el 2018 fue negativo en todos los municipios, es decir, que en todos murieron más personas que nacieron, excepto en Fuente Palmera, Guadalcázar, La Carlota, Lucena, Montalbán, Posadas, Pozoblanco, San Sebastián de los Ballesteros, La Victoria y Villafranca. Por comarcas, todas, excepto la del Valle del Guadalquivir (+32), registran más defunciones que nacimientos (el Alto Guadalquivir, -76; Campiña Sur, -248; Córdoba, -407; Guadajoz, -83; Los Pedroches, -221; la Subbética, -375; y el Guadiato, -243).
El presidente de la Diputación piensa que en Córdoba no se llega al “nivel de alarmismo” que puede haber en otras provincias, pero sí admite que hay un problema y que “estamos a tiempo de poner medidas” y “recursos para evitar que la pérdida de población siga aumentando”. Eso sí, esos recursos deben provenir de todas las administraciones e, incluso, de la Unión Europea. Y en eso ha incidido en más de una ocasión durante sus distintas intervenciones. “Es una cuestión que afecta a todas las administraciones y todas deben hacer un esfuerzo en poner el foco en políticas que puedan mejorar la situación”, ha aseverado.
Por su parte, el presidente del Colegio de Médicos ha incidido en la falta de médicos en el sur de España, donde “hay menos que en el norte”, y en la necesidad de reorganizar el mapa sanitario. Galán ha destacado la figura del médico de familia en el ámbito rural. A su juicio, «el médico rural» es «imprescindible», un «pilar fundamental» y «aporta estabilidad en los pueblos» y «seguridad en las personas». Galán ha alertado de que «en poco tiempo se van a jubilar muchos médicos y vamos a tener un problema, casi de emergencia nacional». De ahí, ha insistido, la necesidad de «tomar medidas» a «nivel de Estado» y para los próximos años, y no de actuar con «parches» o acciones «provisionales».
Espacio para el optimismo, hay pueblos que crecen
La sensación transmitida por los intervinientes ha sido más de optimismo que de pesimismo a pesar de que, y según ha recordado durante la presentación del acto Rafael Aranda, Córdoba se encuentra entre las diez provincias españolas que más habitantes ha perdido en el último año y de que hay veinte municipios «que no llegan al mínimo de densidad por habitantes según los últimos datos del Instituto de Estadística de Andalucía», por lo que estarían en «riesgo de desaparición». En esa situación se encuentran Alcaracejos, Belalcázar, Los Blázquez, Cardeña, Conquista, Espiel, Fuente Obejuna, La Granjuela, El Guijo, Hornachuelos, Obejo, Santa Eufemia, Torrecampo, Valsequillo, Villanueva del Duque, Villanueva del Rey, Villaviciosa y El Viso.
Sin embargo, José Naranjo, en un exhaustivo análisis de la evolución demográfica entre 2008 y 2018, ha puesto de manifiesto que «hay situaciones de optimismo», ya que «hay pueblos que están creciendo». En densidad de población, por ejemplo, en Córdoba hay 57 habitantes por kilómetro cuadrado, mientras que en otras provincias españolas, como Soria, solo hay 8,5, y en Teruel, 9. Esto le lleva a afirmar que «hay una España a dos velocidades».
Los datos aportados por Naranjo indican que hay doce municipios cordobeses que han ganado población en una década, que son Fernán Núñez (+0,7%), Puente Genil, (+2,5%), Córdoba capital (+0,07%), Lucena (+1,99%), Obejo (+9,1%), Almodóvar (+2,81%), La Carlota (9,6%), Fuente Palmera (0,8%), Guadalcázar (13,1%), Posadas (0,28%), La Victoria (6,5%) y Villafranca (9,99%).
Por comarcas, dos, la del Valle del Guadalquivir, con un crecimiento del 2,16%, y la capital, del 0,07, registran una evolución poblacional positiva, mientras que la del resto es negativa. Así, en el Alto Guadalquivir, la población disminuye un 3,48% en una década; la de la Campiña Sur, un 0,98%; la del Guadajoz-Campiña Este, un 8,04%; la de Los Pedroches, un 7,41%; la de la Subbética, un 2,85%; y la del Guadiato, un 8,23%.
La Diputación destina 25 millones contra el despoblamiento
Durante su intervención, Antonio Ruiz ha aludido a los presupuestos recién aprobados por el Pleno de la Diputación, que contemplan «por primera vez» una partida de 25 millones para luchar contra el despoblamiento en el 2020. “Desde la Diputación intentamos poner a disposición de los municipios los recursos económicos” que “generen empleo y apoyar a los sectores estratégicos productivos que tienen que ver con el territorio”, ha señalado Ruiz.
Dentro de esos 25 millones, hay 10 millones para un plan de contra el despoblamiento y el desempleo y 2 millones para el de aldeas, donde la población desaparece a un ritmo mayor que en los pueblos. Además, y como la Diputación detecta que en la evolución demográfica influyen las comunicaciones y los municipios que están cerca de las vías de comunicación crecen más que el resto, lo que ocurre en el eje del Guadalquivir y junto a la autovía A-45, la institución provincial destina un 20% más a la conservación de carreteras, para las que habrá 7,7 millones. Las cuentas incluyen también 270.000 euros para un plan por comarcas y 400.000 euros para el arreglo de caminos rurales. En total, habrá 50 millones para inversión, cifra que se eleva a 66 con los organismos y empresas.
Medidas para atraer a los jóvenes a los pueblos
Una de las medidas que, en opinión de Antonio Ruiz, ayudará a la población a que no se vaya de los pueblos es la de prestar “servicios básicos” y de “excelencia”. Por su parte, Naranjo tiene claro que “la gente joven, para tener un lugar donde vivir, necesita medios de vida”.
Ruiz piensa que a los jóvenes hay que darles “incentivos” para que puedan desarrollar “un proyecto de vida”. Otra de sus propuestas es la de potenciar la formación profesional dual. Ruiz considera que a los jóvenes “hay que darles la oportunidad» de “volcar su conocimiento” en proyectos concretos. Pero, además, tiene claro que hay que actuar en la mejora de las comunicaciones, en la generación de empleo, en atraer industrias, en impulsar el eje logístico del corredor central y, en “lo más complicado”, la natalidad. Eso sí, insiste en el poco margen de maniobra de los entes locales y en que el resto de las administraciones son las que tienen la mayoría de las competencias para gran parte de esas actuaciones. En situaciones como las que se están viviendo, y según Ruiz, “factores como la inmigración, tan denostada a veces, se pueden echar de menos con tasas de crecimiento negativas”.
Por su parte, Galán opina que habría que incentivar a los médicos para que se vayan a vivir a los pueblos y no solo económicamente, sino facilitándoles el acceso a la formación y al ejercicio de la profesión. Entre sus propuestas están, en esa reorganización del mapa sanitario que ve necesaria, “reagrupar municipios y que un médico y un enfermero acudan a distintos pueblos” o “crear unidades móviles que vayan todos los días a varios”, con puntos centralizados para las urgencias.
El efecto de la globalización en el despoblamiento
En el coloquio se ha abordado también el efecto de la globalización en la pérdida de población. Mientras que Galán piensa que “la globalización no favorece que la gente se quede” y Naranjo, que “es parte del problema” y que ha influido en la “desaparición del pequeño comercio” en los pueblos, Ruiz tiene claro que no se debe luchar contra la revolución digital y que esta es “positiva”, por lo que sugiere “aprovechar las oportunidades que las nuevas tecnologías ofrecen” y “hacer que la revolución tecnológica sea global, que llegue a todos los sitios”, ya que hay muchos puntos que permanecen “con sombra tecnológica”.
Isabel Leña.