Hoy en día, estamos completamente observados, encima de nuestras cabezas hay 800 satélites girando y si a eso le añadimos vuelos particularizados con drones o con avionetas podemos analizar superficies de terreno inimaginables hace 15 años». Así de rotundo se manifestó ayer el doctor en Arqueológía e investigador Ramón y Cajal en la Universidad de Córdoba Antonio Monterroso, sobre la importancia de los recursos tecnológicos en los hallazgos de nuevos yacimientos arqueológicos de la provincia de Córdoba, durante la conferencia que ofreció ayer en el Museo Arqueológico de Córdoba.
Según el experto, esta tecnología ha permitido percibir yacimientos que nunca se hubieran conocido porque el entorno es inaccesible y solo se pueden ver desde el aire. Este es el caso del anfiteatro de Torreparedones en Baena, el entorno de la ciudad romana de Mellaria en Fuente Obejuna, la vía romana Córdoba-Mérida por el embalse de Puentenuevo y, sobre todo, yacimientos arqueológicos no conocidos al pie de la sierra de Córdoba en el entorno de Medina Azahara, La Albaida o en la conexión entre Córdoba y Cerro Muriano.
Monterroso aseguró que estos recursos «son muy buenos para proteger», ya que la legislación para los cascos históricos «es muy precisa», pero «para todo lo que no es terreno urbanizable es un poco más laxa». «Hoy tenemos la tierra en el ordenador y podemos detectar y planificar», señaló el experto, que aseguró que en España «estamos muy avanzados y tenemos todos los datos espaciales en abierto para consulta pública, lo que nos permite profundizar en el conocimiento».
Carmen Lozano.