Nuestra Señora de los Dolores protagonizó el Viernes Santo uno de los momentos más esperados de la Semana de Pasión. El toque a silencio, la oscuridad y su bajada por los escalones de la plaza Lope de Vega dirigiéndose al Cristo Yacente que la espera en el mismo lugar, volvió a sobrecoger a la multitud que acudió a contemplarlo. Además, su Junta Directiva ha continuado trabajando en el proyecto de las andas, a las que solo falta el dorado y pudieron observarse las nuevas capillas, entre ellas, la de la patrona de Fuente Obejuna, Nuestra Señora de Gracia, tanto éstas, como la urna del Cristo – que estrenó también las maniguetas – llevaban crespones negros en señal de luto por el reciente atentado de Bélgica. Al toque de tambor de Sebastián Gómez se sumaron las marchas procesionales de la Banda Municipal de Música.
Esta cofradía cuenta con unos 900 hermanos que visten túnica y cubrerrostro negros y faja de esparto. Su sede se encuentra en la parroquia Nuestra Señora del Castillo, la talla de Nuestra Señora de los Dolores es anónima, datada en el siglo XVIII y la del Cristo Yacente, de mediados del pasado siglo.
Acompañaban a los titulares además del párroco, Florencio Muñoz y el sacerdote Rafael Prados, la alcaldesa, Silvia Mellado, el juez de paz, Rafael Ventura y el pregonero de la Semana Santa, Francisco José Sánchez Mellado.
Otra de las peculiaridades de la Cofradía de Santo Entierro es que cada año otorga distinciones honoríficas, de forma que este año el capitán ha sido Manuel Alejo, la alférez María Jesús Calzadilla y el sargento, Gerardo Sánchez, que también es el Hermano Mayor.
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