Más de un centenar de vecinos de Posadilla convirtieron uno de los lugares más bellos de la aldea, el Museo etnográfico de usos y costumbres populares, en una especie de túnel del tiempo en el que el público ha podido aprender en muchos casos, y recordar en la mayoría, la forma de vida de mediados del pasado siglo. Además de esta actividad, el museo cuenta con un programa de actos más elaborado que incluye actuaciones de flamenco, canción española, verbena o degustaciones. También se rememora la labor de las bordadoras, de aquellos Guardias Civiles con capote y tricornio, la caza del perdigón, el esquilo de las ovejas a tijera o la tarea de las matronas, que fue la labor más aplaudida de las organizadas ayer por la Asociación de Amigos y Vecinos de Posadilla en su «paseo por el tiempo».
En esta cuarta edición además ha habido novedades como las lavanderas en el río, el rehalero, las beatas y la escuela. El presidente de la asociación, Mateo Díaz Ríos, explicó ayer que se trata de «un homenaje a los que se fueron, que eran unos verdaderos artistas con los medios que tenían». Tras sus palabras, la alcaldesa Isabel Cabeza anunció la visita del diputado de Cultura, Antonio Pineda, y agradeció a todos los vecinos de Posadilla el esfuerzo que realizan de cara a esta puesta en escena que traslada al visitante a otra época.