Hoy termina en Fuente Obejuna la representación de la obra de Lope de Vega que el pueblo que le da nombre ha puesto en escena desde el pasado miércoles con notable éxito de público y una trascendencia que ha superado ampliamente los límites provinciales a causa de la polémica generada por el intento de la Sociedad General de Autores de España (SGAE) de cobrar los derechos de autor por la adaptación de este clásico de la literatura universal. Hasta ayer, más de cinco mil personas –unas 1.300 por sesión, y procedentes de toda España– habían asistido a la representación de la obra, cuyos 300 actores son de ese municipio del Alto Guadiato que inmortalizara Lope con su historia del noble Fernán Gómez de Guzmán, el comendador cuyos desmanes provocan que muera a manos de los propios mellarienses.
No se puede negar que el ansia de la SGAE por cobrar, que también ha originado otra polémica similar con el pueblo extremeño de Zalamea de la Serena cuando este iba a poner en escena la obra de Calderón de la Barca (El alcalde de Zalamea), ha contribuido a proyectar y promocionar Fuente Obejuna, pero tampoco se puede obviar que la forma de proceder de la SGAE ha resultado impresentable, máxime cuando el adaptador de la obra no pertenece a dicha sociedad y además ha renunciado a cobrar sus derechos. La voracidad recaudatoria está mal vista en España; si, además, es injusta, coloca enfrente suya a todo un pueblo. Tal y como pasó en la obra escrita hace casi cuatrocientos años.