María José Cortés Chacón hace teatro desde los 12 años. Su primera incursión como actriz la hizo en Como enseñar a un sinvergüenza , de Alfonso Paso. Fue una de las fundadoras de La Tramoya de Fuente Obejuna , grupo en el que continúa. Participa en Fuenteovejuna desde que se gestó en 1992. Ha interpretado al pueblo, a Jacinta –suplió a Mercedes Gómez, que se accidentó y ella también se cayó rompiéndose la cabeza del húmero. Aún así, continuó hasta el final de las representaciones–. También fue Pascuala y este año es Laurencia, por eso bromea cuando afirma que «en Fuenteovejuna , ya solo me falta el papel de la reina Isabel la Católica».
No obstante, esta mellariense ya interpretó a Laurencia en L´Hospitalet de Llobregat cuando se inauguró la casa de Fuente Obejuna en Cataluña y también durante una convivencia de asociaciones de mujeres celebrada en la localidad. En ambos casos, sólo se pusieron en escena algunas partes de la obra.
Laurencia será este año un personaje «muy feminista» ya que María José Cortés lo es. Además, añade que «hoy con los medios que tenemos las mujeres, no todas pueden defenderse ante injusticias y sin embargo Laurencia lo hizo en su época, enfrentándose a los hombres».
Del personaje admira su valentía e inteligencia. También su entereza, su ternura y su fuerza, que la hace «no poder llorar delante de nadie, aunque es buena gente, pero más bien arisca». Esta Laurencia reconoce que le cuesta mucho controlar sus sentimientos, especialmente en el monólogo que le provoca el llanto, así como en la parte que comienza con la frase mujeres de la Villa que le produce idéntica respuesta. También le resulta un poco complicado el proyectar la espontaneidad de su personaje, su agudeza en las respuestas, el responder sin pensar, hecho difícil de transmitir al público.
Para María José Cortés, ser Laurencia es «un sueño hecho realidad, cualquier mujer de Fuente Obejuna sueña con serlo» y mucho más teniendo en cuenta que «quién sabe si, como estamos representando nuestra propia historia, no damos vida a antepasados nuestros».
Finalmente, Cortés destaca que los participantes de la obra «somos todos protagonistas», recordando a «toda la gente que está detrás como las costureras, el personal de atrezzo, los músicos, la peña hípica, los técnicos, los encargados de mantenimiento, la Escuela Taller y los niños, ya que sin ellos, no sería posible el espectáculo».