FUENTEOVEJUNA
Autor: Lope de Vega
Versión y dirección: Javier Ossorio
Escenografía: Vicente Palacios
Dirección Orquesta: Cristian Cavero
Intérpretes: Manuel Alcalde, Silvia Mellado, Luis Tena, Antonio Salvadore y 200 actores más del pueblo
Lugar: Plaza del Ayuntamiento de Fuente Obejuna
Fecha: del 24 al 28 de agosto de 2004
Difícilmente puede describirse un espectáculo como éste que transmite tanta emoción y tantos sentimientos si no se asiste a él. Eso debieron entender los varios miles de espectadores que durante la semana pasada han tenido la oportunidad de contemplar de nuevo Fuenteovejuna , de Lope de Vega, en interesante puesta en escena de Javier Ossorio, que se ha tenido que emplear a fondo para conectar con un público actual ansioso por entrar de nuevo en la historia 528 años después, siempre –lógicamente– bajo la subjetiva y genial mirada de un Lope de Vega que dramatizó estos hechos que hoy tienen la misma capacidad de emocionar que en el siglo XVII.EMOCION Y ASOMBRO Así fue en la función del sábado, la última de esta aventura acometida por el Ayuntamiento de Fuente Obejuna con la colaboración excepcional de todo un pueblo que se vuelca no sólo en la interpretación, sino también como público y como personal organizador. El caso es que a pesar de estar en el 2004, en una época en que casi nada o casi nadie nos sorprende, yo he vivido dos horas y media de tensión, de emoción y de asombro, que ni siquiera decae en esos momentos en que actores que no son tales –en el sentido profesional del término– puedan venirse abajo en una interpretación no sentida o que no convence.
PAPELES SOBRESALIENTES Uno de los papeles más sobresalientes –a pesar de ser el personaje odiado y menos popular– es el que encarna Manuel Alcalde con Fernán Gómez de Guzmán, el comendador Mayor de la Orden de Calatrava, dictador sin escrúpulos que mata, tortura y viola. Y el papel más difícil es el de Laurencia, encarnado por Silvia Mellado, que salva con mucha dignidad. Crea los momentos más tensos del drama cuando arenga a los hombres del pueblo a luchar contra el comendador, tras ser mancillada el día de su boda. Luego, hay papeles bien resueltos, como el del regidor de Fuenteovejuna (Antonio Salvadore), Frondoso (Luis Tena), Mengo (Francisco Ruiz) o Barrildo (César Moya), Pascuala (María José Cortés) o Jacinta (Mónica Fernández), que, por cierto, protagoniza una de las escenas más arriesgadas de la obra, ya que es violada por uno de los soldados. Se trata de un momento álgido del drama, que introduce Osorio y que el público, un poco atónito, horrorizado, admite como parte indisoluble de la obra. A pesar de su crudeza es necesaria, en una época en que la sensibilidad hacia el tema de los malos tratos está a la orden del día. Igual ocurre con la escena de la sublevación de las mujeres, cuando todas se ponen de acuerdo para levantarse en armas, guiño muy aceptado por el público actual.
AUTENTICIDAD Las 200 personas que forman el elenco artístico de esta obra se vuelcan en ella de una manera total. Lo hacen con tanta autenticidad, le dan tanta verosimilitud al drama que absorben totalmente la atención de los cerca de 2.000 espectadores.
La cuestiones técnicas están muy dignamente resueltas. La escenografía –cuyo diseño es de Vicente Palacios– está muy bien resuelta, ya que había un inmenso volumen espacial al que había que darle vida, y creo que se ha hecho con sobriedad y eficacia. La iluminación y el sonido son de una calidad sencillamente espléndida. La música en vivo de la Escuela Municipal de Música, muy digna. No hay ni un suspiro que no se oiga en la plaza de Fuente Obejuna.
Enhorabuena, pues, a los responsables de este evento de primera categoría, que recuerda que el teatro está vivo y que los clásicos como Lope no morirán nunca, aunque, claro, siempre que haya adaptadores y directores como Ossorio y su equipo, a los que se debe buena parte del éxito de esta representación, que no existiría tampoco sin el amor empleado por el pueblo de Fuente Obejuna. Ojalá los alcaldes venideros sigan reparando en la importancia de este evento para el pueblo y para Córdoba en general, resumido así: «Fuenteovejuna lo hizo, señor». (Antonio Rodríguez Jiménez)