El Ayuntamiento de Fuente Obejuna clausuró la Escuela de Verano con un acto en el que los familiares pudieron observar las manualidades y divertirse con las coreografías preparadas por los pequeños durante el pasado mes de julio.
El verano es especial y el cole de verano también lo es. Por eso, los cerca de cuarenta pequeños de entre tres y diez años tenían caritas de felicidad el día en que tocaba mostrar a sus familiares todo lo que habían aprendido durante el mes de julio, junto a sus monitoras Carmen María Núñez, María José Rivera, Encarni Ortiz y Lorena Ortiz. Atrás quedan juegos, divertidas pelis o esa fiesta del agua en la que lo pasaron tan bien y, para los mayores, el aprendizaje sobre consumo o la visita al parque de bomberos.
Así que, con un look playero, se dispusieron a celebrar las vacaciones bailando El tiburón y después, ni cortos ni perezosos, uno a uno fueron contando lo que más les había gustado de esta experiencia, mientras sus padres inmortalizaban el momento con cámaras fotográficas y de vídeo. Por todo ello recibieron diplomas, chuches y un refresco, tras la visita a la que probablemente será su primera exposición: la de sus propias manualidades. Todo ello, en presencia de la alcaldesa, Isabel Cabezas, y de la concejala de Educación, Montse Ventura, quien felicitó a todos los colaboradores en este proyecto, agradeciendo a los padres, «que han podido compaginar la vida familiar y laboral, la confianza depositada en el Ayuntamiento» y destacando que los menores han tenido la oportunidad de «aprender valores y relacionarse» . Y todo… sin darse apenas cuenta.
Ayer, día 31 de julio, tuvo lugar la clausura de la escuela de verano, a la que han asistido alrededor de 40 niños, con edades comprendidas entre los tres y los diez años. Sus monitoras han sido Carmen Mª Núñez, Mª José Rivera, Encarni Ortiz y Lorena Ortiz. Durante todo el mes de julio y en las instalaciones del CEIP San Carlos Borromeo, los pequeños han realizado manualidades, participado en distintos juegos, han visionado películas y disfrutado en una fiesta del agua. Por su parte, los más mayores han asistido en una charla acerca de hábitos de consumo y visitaron el parque comarcal de bomberos. Como colofón a esta actividad los alumnos realizaron varias coreografías, recibieron sendos diplomas y chuches y mostraron su opinión acerca de la escuela. Más tarde, sus familiares tuvieron la oportunidad de observar la exposición de manualidades y compartir un aperitivo.
Por otra parte, los actores que encarnarán los papeles de Comendador, Flores y Ortuño, así como los jóvenes que formarán las tropas de soldados calatravos y del Rey Católico se forman cada tarde en el patio de las Monjas en el manejo de la espada, bajo las órdenes del sevillano Federico Vergne, actor coreógrafo de combate, licenciado en la Escuela Superior de Arte Dramático, quien les imparte clases de esgrima con la intención de dar mucho más realismo a las escenas de batalla.
Con la finalidad de que estos pequeños, que pasan una temporada con sus familias de acogida, se relacionen entre ellos y también con los vecinos de Fuente Obejuna, el Ayuntamiento les ha organizado una jornada de convivencia, que comenzó con un baño en la piscina municipal y se prolongó en la merienda celebrada en el restaurante Cruz. La alcaldesa, Isabel Cabezas, así como las concejalas Lidia de Dios y Montse Ventura también compartieron unos momentos con los jóvenes, así como con Pilar Benítez, presidenta de la asociación de acogida de niños bielorrusos Matrioska Fons Mellaria.
Ni contar con ochenta y ocho años ni vivir en Madrid son inconvenientes a la hora de practicar deporte en el término municipal mellariense. Y si no, que le pregunten a Vicenta Cortés, que, además de su diploma, recibió una mención especial por ser la participante de más edad en las clases de acuagym . Esta mujer, que fue directora general de Archivos de España, conoció en las clases a la sevillana Adela Sánchez, quien nada más ver a la alcaldesa, Isabel Cabezas, le transmitía lo encantada que estaba con este curso «que repetiría sin dudarlo». De esta forma se cumplía uno de los objetivos destacados por la primera edil, el de facilitar la relación entre las aficionadas a esta práctica deportiva. El segundo, que no era sino la convivencia intergeneracional, se había logrado ya en el agua, donde hubo alumnas desde los ocho hasta los mencionados 88 años.
