En los últimos días, hablar de Fuente Obejuna ha sido hacerlo de cultura audiovisual. Medios de comunicación de todos los ámbitos se han hecho eco del premio conseguido por alumnos y profesores del instituto mellariense Lope de Vega, que con sus éxitos, han situado en el mapa a un municipio pequeño y no muy bien comunicado. Dos de sus protagonistas, Miguel Sánchez y Javier Goytre, que ejercen la docencia en el mencionado centro educativo, recuerdan que «todo comenzó en 2005, con un proyecto denominado Videoconferencia, en el que acompañábamos al alumnado en sus localidades y los grabábamos en su entorno». A partir de ahí, «todos los cursos hemos venido realizando proyectos basados en el uso de la imagen como herramienta metodológica», señalan los profesores, que aseguran que la respuesta del alumnado es «en la mayoría de los casos, muy positiva».
En cuanto a los objetivos de esta metodología, los docentes recuerdan que «vivimos en un mundo que nos bombardea constantemente con imágenes», por lo que la alfabetización audiovisual es una educación de la mirada, nos ayuda a entender y decodificar el mundo en que vivimos, a valorar una obra de arte, a interpretar los mensajes implícitos en imágenes». Otra meta es «la creación de productos audiovisuales técnicamente correctos», así como «el fomento de la creatividad y el espíritu crítico y el trabajo en grupo, competencias muy necesarias para no quedarse fuera de la revolución digital, que ya ha comenzado».
Pero es que, además, «nuestro alumnado ha estado presente en festivales de Málaga, Valencia, Plasencia, Madrid, Viena, Venecia, Roma, Atenas… y, desgraciadamente, este año no han podido asistir a otros en los que han sido premiados, como el de Naciones Unidas en Nueva York o en Los Ángeles». Goytre y Sánchez subrayan que «Fuente Obejuna es ya uno de los nombres de referencia del cortometraje escolar, tanto a nivel nacional, como internacional», aspecto muy importante si tenemos en cuenta que los «platós» son el Palacete Modernista, la plaza Lope de Vega, el instituto, calles de la localidad o los bellísimos rincones de Los Pánchez, Cuenca, Posadilla o cualquiera de las catorce aldeas del término municipal.
Los temas de sus documentales les tocan cercanos: despoblación, falta de oportunidades para la juventud en las zonas rurales u oficios singulares, además de «los que trabamos con ellos, como la inclusión, género, el bulling, drogas o los peligros de Internet». En cuanto a ficción, «les gustan mucho los cortos de terror», afirman los profesores.
El Colectivo Brumaria «surge al mismo tiempo que vamos integrando en nuestras asignaturas – Filosofía, Lengua, Historia, Tecnología -, proyectos relacionados con el uso de la imagen: poesía visual, ‘booktrailers’, microdocumentales, ficción, videoarte, campañas de concienciación…» Además, los profesores son autores de los documentales ‘La Madre’ y ‘A contracorriente’. Pero no contentos con ello y conscientes de que «desde 2009, cortos de nuestros estudiantes han sido seleccionados con regularidad en festivales autonómicos, nacionales e internacionales, decidimos organizar el nuestro». Así nace Fuente Obejuna de Corto, FOCO. Su filosofía es «de encuentro», dicen. «Las familias de nuestros alumnado acogen en sus propias casas a los estudiantes procedentes de cualquier parte de España y se crea, durante cuatro días, un ambiente muy especial en la localidad», en los que «contamos con el apoyo total de las familias, Ayuntamiento y población en general, llenándose el teatro en las proyecciones y especialmente, en la gala final». En cada edición, los participantes superan el centenar y «hemos contado con ganadores de Goyas, como Carmen Agredano y Coke Riobóo, o actrices como Mónica Mayén». FOCO «requiere un esfuerzo enorme, especialmente de búsqueda de recursos, pero merece la pena. Sin la ayuda de instituciones como el Ayuntamiento, el GDR, la Diputación o la Fundación CajaSur no hubiera sido posible este proyecto». La sexta edición de FOCO se celebrará ‘on line’ el último fin de semana de mayo y hasta el próximo 25 de abril está abierto el plazo de recepción de obras. En él colaboraron las estudiantes Carmen Santos y Ana Belén Agredano, hoy alumnas de escuelas de cine.