La educación en los colegios rurales destaca por ser individualizada y cercana

Los colegios públicos rurales (CPR) nacieron en 1988 con el objetivo de facilitar el acceso a la educación a aquellos menores de zonas rurales carentes de servicios educativos. En la provincia de Córdoba hay, a fecha actual, diez de estos centros. El Ana de Charpentier es el más grande de Andalucía con 29 unidades, distribuidas en 8 aldeas de la localidad de La Carlota. «Rozamos casi los 300 alumnos y contamos con 40 maestros, siendo 17 itinerantes», explica su directora, Charo Mazo, quien añade que cuentan con proyectos pioneros como la Escuela de Circo. Gracias a los servicios de comedor y aula matinal, el curso próximo contarán con más de 70 niños en su sede de Aldea Quintana. «Todo el equipo de docentes y las ocho Ampas realizan una labor ímproba para que nuestros alumnos tengan la mejor educación en el mejor entorno», apunta Mazo.

Perteneciente al municipio de Rute se encuentra el CPR Blas Infante que da cobertura a las aldeas de Llanos de Don Juan y Zambra. En total cuenta con 86 alumnos. Según Juan Diego Campanario, su director, «»colegios rurales son muy importantes para las zonas donde están localizados, el mundo rural necesita ayuda y no solo buenas palabras. La mala calidad de cobertura móvil, de Internet o la no promoción de construcción de viviendas, hace que los jóvenes tengan que irse a localidades cercanas».

La carencia más importante, según Campanario, es que «a todos los rurales se nos trata como a otros colegios, no tenemos una normativa específica, lo que hace, por ejemplo, que tengamos todos los cursos de Infantil y Primaria, (de 1º a 6º) pero al dividir dichos cursos entre aldeas, aparece que nos falta uno, como si no tuviéramos alumnado en 2º cuando la realidad es que tenemos 10 matriculados». Esto les lleva a disponer de una sola coordinación de Primaria, siendo esta función algo fundamental para un correcto desempeño.

En la Subbética se encuentra el CPR Iznájar Norte formado portres pequeñas aldeas: El Higueral, Los Juncares y La Celada. Este curso cuentan con 38 alumnos repartidos en aulas multinivel, siendo una de ellas unitaria. «Al ser un centro pequeño somos como una pequeña familia», apunta su directora, Virginia Jiménez. Aquí el día a día se sigue de modo distinto a un centro no rural, ya que el alumnado comparte enseñanza con niños de diferente edad. «Aprenden unos de otros, ayudándose y respetando el ritmo de cada uno», apunta Jiménez quien añade que «estamos conectados de manera diferente a un colegio que no tenga estas características, no impidiendo por ello trabajar en proyectos comunes y llenos de grandes experiencias».

No muy lejos de ahí se ubica el CPR Tiñosa, que cuenta con 145 alumnos repartidos en 9 sedes distintas. «Somos el centro con más departamentos de toda la provincia de Córdoba, pero no el más numeroso en cuanto a alumnado» matiza Rafael Pérez, su director. Desde el punto de vista del currículum explica el responsable que «podemos participar de los mismos proyectos que el resto de centros ordinarios, es decir, de los mismos que ofrece la administración para todos los colegios. Este curso tenemos varios grupos del programa de acompañamiento (PROA) en horario de tarde, así como 2 grupos del Programa de Refuerzo de Lengua Extranjera (PALE) también en esa franja horaria. Además participamos del programa Creciendo en Salud, con el plan de consumo de fruta, en el que ya se ha realizado la primera entrega. Por último, y a modo particular en nuestro centro, tenemos el proyecto matemático de centro, apoyado en la metodología ABN y el proyecto Tablet en el Aula, consistente en utilizar ipads con todo el alumnado de primaria del centro y realizar la mayoría de los aprendizajes con esta herramienta. A su vez estamos trabajando con los Robots de Lego WeDo para el aprendizaje de la robótica».

En el municipio de Hornachuelos se encuentra el CPR Bembézar. En su origen era una agrupación de antiguas escuelas rurales que englobaba varios núcleos de población: Bembézar, Mesas del Guadalora, Céspedes, Puebla de la Parrilla y Cortijuelos, estando la sede en Mesas de Guadalora, centro geográfico de la zona y núcleo de mayor población. Tal y como explica su directora, Mª del Mar Moreno, este centro ha ido disminuyendo en el número de poblaciones que lo componían contando en la actualidad sólo con dos. «Esto se ha traducido en menos recursos tanto económicos como humanos», apunta. Una circunstancia que les lleva a disponer de maestro de Pedagogía Terapéutica (PT) tres días a la semana o dos, en el caso de Audición y Lenguaje (AL).

«Este profesorado debería estar en los CPRs a tiempo completo ya que son muy necesarios en estas etapas educativas, y más aún en nuestros centros ya que además tienen que itinerar entre varias poblaciones», explica Moreno. En este colegio los docentes vienen formándose en educación emocional desde hace varios cursos, algo que está dando muy buenos resultados especialmente en el tema de la convivencia. Las metodologías que emplean en el Bembézar son innovadoras con el fin de poder trabajar con varios niveles educativos en una misma aula. «Le damos especial importancia a la individualización de los aprendizajes adaptándonos a los distintos ritmos», asegura la directora.

En el norte de la provincia, en Fuente Obejuna, se encuentra el CPR Maestro José Alcolea. Isidora Agredano dirige este colegio que cuenta con seis aldeas. «Durante el confinamiento, al tener poco alumnado por clase el contacto con la familia fue muy directo y nos fuimos adaptando casi de forma individualizada a la situación personal de cada niño», apunta la responsable. Según explica «por parte de la administración tenemos el mismo apoyo que el resto de los centros. Sí es necesario decir que las aulas de un rural están distanciadas, en nuestro caso hasta 30 kilómetros y los especialistas se desplazan cada día varias veces, algunos pasan por tres aldeas la misma mañana. Y eso no se tiene en cuenta al asignarnos el número de maestros». El próximo curso este centro contará con más alumnado debido a la pandemia y es que varias familias se han desplazado desde Córdoba a estas aldeas a vivir temporalmente mientras se calma la situación.
Un CPR tiene varias sedes en pequeños núcleos

Un CPR tiene varias características que lo diferencian de un colegio ordinario. La más
evidente es que está compuesto por varias sedes en distintas localidades, habitualmente pequeños núcleos de población rural, pero todas ellas funcionan como un solo centro bien organizado y coordinado.

Otra característica es que sus clases están compuestas por varios niveles, es decir, varios cursos en el mismo aula, pudiendo darse la posibilidad de atender a alumnado de infantil y primaria a la vez, como es el caso de las denominadas unidades unitarias, donde un solo docente atiende a la totalidad del alumnado. La ratio también es diferente, siendo de 15 si se comparte alumnado de un mismo ciclo o de 12 si hay varios ciclos en la misma unidad. También disponen de profesorado itinerante, como es el caso de los especialistas.

Olga Alba

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