El Cristo Yacente y miembros de la cofradía. – EVA M. HERAS
La cofradía del Santo Entierro y Nuestra Señora de los Dolores de Fuente Obejuna ha restaurado la imagen de uno de sus titulares, el Cristo Yacente.
En el informe previo a esta actuación se reflejaba que mostraba «daños en las manos, habiéndose reconstruido con un material endeble y apreciándose los restos de repinte» pero cuando el Cristo fue trasladado al taller La Trinidad, de Córdoba, para subsanar este problema y tras la realización de una radiografía, se detectó la presencia de importantes daños estructurales en su interior, que «podrían pasar a mayor gravedad en cualquier momento».
La imagen también ha sido dotada «de una nueva policromía al óleo», debido a que la original «se mostraba con importantes barridos por alguna limpieza anterior» y además, le han sido incorporados «unos casquillos metálicos, destinados a la introducción de potencias», explica el restaurador, Rafael Fernández.
Para ello, el Cristo Yacente ha permanecido en Córdoba desde el mes de junio hasta el día 26 de diciembre del pasado año y se da la circunstancia de que, a causa de la pandemia, la eucaristía de acción de gracias y en conmemoración del setenta aniversario de la incorporación de la talla a la cofradía ha sido el primer acto celebrado por su junta de gobierno, a pesar de que fue ratificada por el obispado en octubre del 2019.
El Santo Entierro y Nuestra Señora de los Dolores cuenta con el mayor número de hermanos de Fuente Obejuna, 814. Muchos residen en ciudades como Vitoria, Madrid, Málaga o la capital cordobesa. Gracias a ellos, «que año tras año se involucran tan activamente, se vende el grueso de nuestras participaciones de lotería de Navidad», explica su hermana mayor, María Dolores Ramos, que recuerda que «el covid también está dejando huella en las cofradías, ya que buena parte de los proyectos se llevan a cabo gracias a los donativos que se consiguen con las actividades de Semana Santa, verbenas, etcétera».
