Por fin Mellaria es patrimonio de la legendaria Fuente Obejuna. El cerro de Masatrigo se avista a la izquierda cuando se alcanza con la mirada la cúpula de la parroquia que, siglos antes, fue casa del comendador Fernán Gómez de Guzmán, a quienes los vecinos dieron muerte en justa defensa de su honor y derecho. Antonio Monterroso, profesor e investigador de la Universidad de Córdoba, ha sido un gestor fundamental en la recuperación de esta planicie del Valle del Guadiato donde se asienta Mellaria, la ciudad de los dones, no porque fuera crisol de miel sino porque encerraba tesoros más apetecibles (cobre, plata y oro) destinados a construir el ciclópeo templo dedicado al culto imperial en la calle cordobesa que lleva el nombre del general Claudio Marcelo, presunto fundador de la antigua Corduba. Un inmenso campo de cereal ocupa la ciudad que poseía un acueducto de catorce kilómetros y un recinto amurallado de veintiocho hectáreas. Silvia Mellado, alcaldesa de la villa, sabe que bajo esta masa ocre la arcaica urbe romana aguarda despertarse.
Manuel Gahete Jurado.