El imponente castillo de Belalcázar, levantado sobre los restos de una fortaleza árabe y que fue construido a partir de 1466 por la familia Sotomayor, constituye una de las más importantes expresiones de fortaleza señorial castellana de la Baja Edad Media. El rey Juan II fue el que otorgó estas tierras a Gutierre de Sotomayor, Maestre de la Orden de Alcántara, por su lealtad y servicios.
Su reciente obra de consolidación y puesta en valor ha permitido recuperar este Bien de Interés Cultural que durante muchos años estuvo abandonado y en estado ruinoso, hasta el extremo de peligrar que siguiera en pie esta joya arquitectónica en la que destaca la torre del homenaje, que con sus 47 metros de altura es la más alta de la Península y se divisa a kilómetros de distancia, y también el recinto amurallado, iniciado en época de los omeyas.
En enero del 2008 la Junta de Andalucía compró los terrenos a los propietarios de las seis fincas que conforman el castillo y su entorno por un valor total de 1.894.000 euros.
La Administración autonómica explicó entonces que su adquisición perseguía que no se perdiese y se comprometía a su restauración para que fuera visitable.
Esa meta ha tardado once años en lograrse y es que, salvo alguna obra urgente para evitar derrumbes y después del anuncio del inicio de la actuación en el 2013, hubo que esperar al 14 de junio del 2018 para que empezaran las obras de consolidación y puesta en valor.
La empresa murciana Lorquimur fue la adjudicataria de los trabajos, en los que la Consejería de Cultura invirtió más de un millón de euros.
Tras 16 meses de ejecución, en noviembre del 2019 la intervención llegó a su fin con un destacado trabajo de consolidación y conservación de huecos, muros y cubiertas, la reposición de piedra en sus muros, la adecuación de caminos y accesos y, especialmente, la intervención en la torre del homenaje tanto interior como exteriormente, con el aseguramiento y la recuperación de los elementos góticos que decoran garitones y ventanas.
La empresa instaló una estructura de andamiaje completo en la torre para hacer más fácil todo el proceso.
La vieja casa de campo, donde se conservan restos de la antigua ermita de la Virgen del Castillo, se adaptó como centro de recepción de visitantes.
El proyecto llevado a cabo, con un total de 23 intervenciones, también permitió la recuperación del patio de armas y del terrado y la apertura de pasos en cada uno de los niveles de la torre del homenaje, con escaleras de caracol y elementos de seguridad para su visita hasta la parte superior.
Por otra parte, se colocó iluminación interior y se taparon o protegieron huecos, aljibes y balcones, por seguridad y para protección frente a las aves.
Esta actuación hizo que el pasado 6 de agosto la asociación Hispania Nostra sacara de su Lista Roja del Patrimonio al castillo de Belalcázar al considerar que ya no corría el riesgo de desaparecer. En julio de este año 2020, la Consejería de Cultura adjudicó la redacción del proyecto museológico y museográfico del castillo, con un plazo de cuatro meses para su realización.
El estudio de arquitectura y diseño de Rafael León, de El Carpio, está realizando el diseño del proyecto con todos los requerimientos de equipamiento interpretativo necesarios para que los visitantes conozcan los valores históricos, arqueológicos y arquitectónicos del recinto, así como los valores paisajísticos de la zona.
Se diseñarán textos, folletos, vídeos y cartelería en castellano e inglés, mobiliario y equipos para atender a los visitantes, se ubicarán monolitos de señalización y se dotará el centro de visitantes con una sala de vídeo.
En la torre habrá una pantalla con imágenes para el público en general y especialmente para quienes no puedan subir las escaleras, además de que se adecuarán con paneles sus cuatro niveles y la terraza.
Y por fin, las visitas
El interés por conocer este castillo, también llamado de Gahete, que es el nombre primitivo de Belalcázar, ha sido enorme.
Los primeros afortunados en recorrer sus estancias fueron las 450 personas que lograron plaza en las visitas guiadas y por grupos que tuvieron lugar del viernes 29 de noviembre al domingo 1 de diciembre del 2019, con ocasión de las Jornadas Europeas de Patrimonio y por decisión de la Delegación de Cultura de la Junta.
Mercedes Mudarra, asesora técnica de Bienes Culturales y Francisco Rioboo, jefe del Departamento de Conservación de la Delegación de Cultura, que portaba el manojo de llaves que abrían todas las puertas, fueron algunos de los encargados de acompañar a los primeros grupos de unas 50 personas cada uno. La apertura fue considerada todo un hito, si bien aún eran visibles algunos elementos que denotaban cierta precariedad, como los portones de acceso, donde todavía se encontraba el cartel con las recomendaciones de seguridad al entrar en una zona de obras.
No obstante, los visitantes disfrutaron de una «experiencia única». Una vez que discurrieron por el camino que rodea al castillo, desde el que se apreciaban algunas de sus 8 torres y 21 contrafuertes, así como los muros de 8 metros de altura de estilo gótico, o la zona del palacio de estilo plateresco, mandado construir en el siglo XVI por Francisco de Zúñiga y Guzmán de Sotomayor, sobre una de las alas de la fortaleza.
En el patio de armas los visitantes apreciaban la reconstrucción de algunos muros colapsados y la reposición del mortero y los sillares. Y después, llegaba la esperada subida a la terraza de la torre del homenaje, con escaleras de caracol y algunos peldaños de casi 50 centímetros de alto.
Ya lo advierte un cartel que dice: «Las escaleras entrañan una dificultad alta. No se recomienda la subida a personas con movilidad reducida, con claustrofobia o con problemas de corazón».
Las visitas se retomaron, otra vez de manera esporádica, con motivo del Día de Andalucía del 2020 y enseguida se agotaron las plazas para visitar el castillo el 28 de febrero.
En verano
Ya pasado lo peor de la primera ola de la pandemia, la delegada de Fomento, Infraestructuras, Cultura y Patrimonio Histórico, Cristina Casanueva anunciaba a principios de agosto que el castillo sería visitable los sábados de agosto y de septiembre, con aforo limitado y con cita previa que se abría todos los lunes por correo electrónico.
Diario CÓRDOBA acompañó a los primeros visitantes que en esta época estival también disfrutaron de un recorrido por sus dependencias .
En esta ocasión, la experiencia de subir los peldaños originales de las escaleras de caracol hasta la parte superior de la torre, y luego bajarlos, contó con el añadido de tener que hacerlo con la mascarilla puesta, aunque los participantes coincidieron en destacar que mereció la pena.
Los visitantes, algunos de ellos de la propia localidad de Belalcázar, siguieron las explicaciones de la arqueóloga y guía Pilar Ruiz, con la implicación también de la asociación local Andolises.
Isabel Medina, nacida en Belalcázar, aunque residente en Sevilla, explicaba que la visita había sido «fantástica» y Diego Molina, del País Vasco y de vacaciones en una aldea de Fuente Obejuna, señalaba que le había impresionado la torre.
El creciente brote de contagios del coronavirus en Belalcázar hizo que la Delegación anunciara el 26 de agosto que se suspendían temporalmente las visitas y así sigue a día de hoy.
Recinto amurallado
Hace unos días la delegada Cristina Casanueva anunciaba que la Consejería de Cultura y Patrimonio Histórico va a invertir 47.876 euros en obras para mejorar la seguridad en el recinto amurallado del castillo. Se prevé actuar en 15 puntos en torno al castillo para consolidar y restaurar el muro perimetral del camino de acceso, recuperar el vallado, sustituir las puertas metálicas en los diferentes accesos, instalar cadenas con bolardos para limitar el acceso o instalar un pavimento que mejore la accesibilidad.
Casanueva ha destacado las oportunidades turísticas y de desarrollo para Belalcázar y Los Pedroches.
Antonio M. Caballero