Y ‘Fuenteovejuna’ no pudo ser

Estas son las personas que hicieron posible la edición de 2018, dirigida por Ángel Luis Martín. – EVA M. HERAS

Las calles de Fuente Obejuna lucirían hoy coloridos pendones y su plaza sería un bellísimo enclave medieval que acogería a público procedente de todo el país e incluso, a algunas personas desplazadas desde el extranjero. Sobre las 22 horas, se levantaría un gran e imaginario telón y los mellarienses rememorarían su historia. Pero no ha podido ser. La alcaldesa, Silvia Mellado, se vio obligada a comunicar el pasado 5 de mayo la suspensión de Fuenteovejuna , a consecuencia de la pandemia.

Un duro golpe para todos los participantes, como Camilo Ríos quien, tras hacerlo en tres ocasiones, este año no podrá encarnar al rey. El joven destaca «el gran vínculo que se crea entre todo el mundo», resaltando que «yo no me relacionaba con personas que no eran de mi generación y gracias a Fuenteovejuna, empecé a hacerlo». Ríos relata que «en 2013 interpretaba a Barrildo, conocí a María Dolores Ramos, que era integrante del cuerpo de baile, al estar durante muchas horas juntos durante aquel verano, comenzamos a conocernos y hoy, es mi mujer». Este ejemplo se suma al cariñoso recuerdo que los participantes guardan de un alcalde tan entrañable como Isidro Sánchez y de un Comendador tan bueno como Fernán Carracedo, con el que costaba tanto trabajo enfadarse, a pesar de las tropelías de su personaje.

En el apartado cultural, el director de Fuenteovejuna en 2015, 2016 -Almagro-, 2018 y participante en todas las ediciones, Ángel Luis Martín, señala que esta obra «es un referente en todas las compañías», sin olvidar que «diariamente, hay al menos, una reseña de ella en redes», ni la vigencia de su texto, «al servir de base para reivindicar cualquier causa, debido a que cuenta con múltiples lecturas». Martín ha destacado la declaración BIC de lugares y documentos relacionados con Fuenteovejuna, así como la representación que un grupo de estudiantes americanos realizó en la localidad, tras estudiarla. Además, la revista National Geographic le dedica un reportaje en su último número.

Otro aspecto destacado es el económico. Javier Cáceres, presidente de la Asociación de Empresarios Mellarienses (Ademe), subraya que el aplazamiento «ha sido desastroso para los hosteleros y los alojamientos» y, en una primera valoración, estima que las pérdidas podrían suponer «un 20% para ellos y un 15% al menos, para las pequeñas tiendas», afirmación que sustenta Esther Romero, del hotel rural Romero Torres, explicando que «lo teníamos todo reservado desde enero y lo hemos notado mucho, porque todo se canceló», al igual que Miguel Vargas, director del hotel El Comendador quien hace hincapié en que «hemos pasado de tenerlo completo al 100% durante las semanas previas y los días de la puesta en escena, por la infraestructura de técnicos de sonido, iluminación, montaje… que se realizaron en febrero, a caerse todas a cero». Es lo mismo que ocurre en casas rurales como la de los Titos Carmen y Pedro. En cuanto a pequeños establecimientos, Fernanda Agredano participa en el mercado medieval que organiza el Ayuntamiento en el que, ataviada con el vestuario de la época «y no solo por lo económico, sino por colaborar», ofrece productos de los que dispone durante todo el año: «Embutidos, jamones, roscos, perrunillas, sobre todo, para darlos a conocer». Uno de los establecimientos más afectados es el Bar Ortiz II. Situado en la plaza Lope de Vega, es el lugar de encuentro de los participantes antes y después de los ensayos, que también llenan su terraza familiares y vecinos que acuden a observar sus escenas.

Para la alcaldesa, Silvia Mellado «el que sea consciente de que la causa de la suspensión es un problema de salud real y grave y que, por tanto, no hay otra alternativa, no hace que sea menor mi disgusto», debido a que «se pierde el ritmo bianual de las representaciones, que supone que cada dos años, se renueva de verdad el espíritu de Fuenteovejuna». Mellado añade que «este es el proyecto social y cultural más importante del municipio, porque requiere la participación de varios cientos de mellarienses de nacimiento o de corazón, es decir, que prácticamente toda la población está implicada de alguna manera y ese es un activo social del que no pueden alardear todos los pueblos». La primera edil lamenta «que los negocios del municipio no puedan resarcirse en alguna medida con la importante actividad económica que se genera en torno a la puesta en escena», pero también mantiene «como todas las vecinas y vecinos, una gran confianza en que lo haremos con más ilusión y brillantez en 2021».

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