Quizá fuera el calor, el deseo de irse pronto a la piscina, las ganas de irse a descansar tras una larga noche de fiesta -que la hubo en varios pueblos- o el miedo a salir en plena siesta, que en Córdoba equivale casi como decir hasta el cierre de los colegios electorales. Lo cierto es que los votantes de la provincia fueron madrugadores y acudieron desde bien temprano a depositar su voto en las urnas llegando a formar colas, y al mediodía la participación superaba ya en muchos casos el 45%, si bien esta se ralentizó a partir del mediodía y se quedó en el 71,07%, un punto y medio por debajo de la de diciembre.
La normalidad fue la tónica dominante de la jornada, donde los colegios se constituyeron sin incidencias destacables y con algunas colas durante la mañana. De los políticos, uno de los que primero acudieron a votar fue el alcalde de Lucena, Juan Pérez, que fue a las diez y media de la mañana al colegio Barahona de Soto acompañado por su mujer y por el concejal Manuel Lara, así como la exconcejala socialista María del Carmen García Santos, entre otros.
Media hora más tarde votaban en Baena la candidata número uno del PSOE al Congreso, María Jesús Serrano, y el alcalde de la localidad, Jesús Rojano, ya que comparten colegio electoral, y en el mismo centro, unos minutos antes, votó también el portavoz del PP, José María Baena.
Cerca de Baena, en Luque, la hermandad de la patrona, Nuestra Señora del Rosario, aprovechó la afluencia de vecinos en la plaza para ir a votar e instaló un puesto en el que vendían buñuelos, resol y recuerdos de la hermandad para recaudar fondos con los que financiar las obras del tejado de su ermita, aportando también un ambiente festivo a la jornada electoral.
La delegada del Gobierno de la Junta, Rafi Crespín, votó en su pueblo, La Carlota, acompañada por su marido y sus dos hijos. Por su parte, la delegada de Educación, Esther Ruiz, depositó sus sobres en el colegio Manuel Camacho de Fuente Obejuna, haciendo una llamada «a las mujeres y los jóvenes».
En Rute, el alcalde y presidente de la Diputación, Antonio Ruiz, coordinó el trabajo que se realiza desde el Ayuntamiento, que puso en servicio el autobús municipal para acercar hasta los colegios electorales a los vecinos de las pedanías y diseminados, compaginando esta tarea con la derivada de su cargo como secretario de Organización del PSOE de Córdoba, para lo que, ya por la tarde, viajó a la capital para seguir el escrutinio desde la sede del partido. La anécdota de la jornada la puso el presidente de Adebo, la asociación de defensa del burro, Pascual Rovira, quien, como presidente de mesa, a la vez que iba dando los datos de los electores a sus compañeras vocales, iba diciendo el horóscopo de cada uno de ellos. Pascual, muy conocido en la localidad, donde colabora con la radio hablando de astrología, iba comentando el signo del zodiaco de cada votante. A las once y media de la mañana ya tenía cola e iban ganando «los virgo», afirmaba.
En Priego, el candidato socialista al Senado José Manuel Mármol depositó sus sobres en las urnas rodeado de interventores e integrantes de la asamblea local del PSOE y del grupo municipal, al filo del mediodía en la estación de autobuses. Dos horas antes hizo lo propio la alcaldesa, María Luisa Ceballos (PP). En Palma del Río, donde solo el PSOE, el PP y Unidos Podemos tuvieron representación en todas las mesas, llegaron a registrarse largas colas a primera hora de la mañana en la Oficina de Turismo.
En Puente Genil los representantes municipales coincidieron en señalar «la importancia» de estas segundas elecciones, que han dejado un descenso en la participación que en municipios como Pozoblanco se ha quedado casi nueve puntos por debajo de la del 20-D.
El alcalde de Cabra y senador electo, Fernando Priego, votó en el colegio electoral de la Casa de la Cultura, donde reafirmó su compromiso con la Alcaldía egabrense.