El obispo dice que fue «una persona importante» para Córdoba
Córdoba enterró ayer una parte de su historia reciente. Miguel Castillejo, expresidente de Cajasur, fue sepultado en el panteón familiar del cementerio de Nuestra Señora de la Salud, cerrando una etapa en la que su figura ha generado sentimientos enfrentados. Mientras algunos alabaron su trayectoria, otros criticaron el poder que alcanzó y su manera de ejercerlo. Y hubo quienes optaron por el silencio. A las 17.30 horas entraba por la puerta de la Mezquita-Catedral el féretro de Miguel Castillejo, flanqueado por el obispo y Juan Moreno (que lo sustituyó en Cajasur), junto al resto de miembros del Cabildo Catedral y varias decenas de sacerdotes. La misa exequial celebrada en el altar mayor de la Catedral fue presidida por el obispo de Córdoba, Demetrio Fernández. En la bancada del centro se situaron sus dos hermanas y otros familiares, que estuvieron acompañados por una amplia representación de la sociedad, la cultura y la economía local. Córdoba despide a una persona que forma parte de la historia cordobesa de las últimas décadas, y cuya actuación se extendió a otras provincias en las que antigua caja cordobesa tenía una gran implantación. Si en la ciudad de Córdoba comenzó hace unos años un proceso de retirada de su nombre en edificios en los que Cajasur participó económicamente durante su presidencia (consultas externas de Reina Sofía o pabellón del Parque Joyero, por citar algunos), en Jaén se ha mantenido su recuerdo en instalaciones como el Centro Cultural Miguel Castillejo o el Colegio Monseñor Miguel Castillejo. En su pueblo natal, Fuente Obejuna, una plaza lleva su nombre. Castillejo es hijo predilecto de la villa del Guadiato. Su alcaldesa, Silvia Mellado (PSOE), asistió al funeral.
LA HOMILIA El obispo recordó en su homilía la trayectoria del canónigo emérito y expresidente de Cajasur. «Ha muerto un personaje ilustre de la ciudad y la provincia, que ha hecho el bien a mucha gente que hoy lo llora», dijo Fernández, que aseguró que su labor superó los límites de la provincia. «El ha dado de comer a mucha gente y una vivienda digna. Ha contribuido al desarrollo económico y cultural de Córdoba», señaló. El titular de la silla de Osio remarcó su obra en Cajasur, «el aspecto más conocido y visible», que «hizo crecer de una manera asombrosa» en sus casi 30 años de presidencia. Fernández indicó que Castillejo fue un «hombre con energía, con carácter y que ha dejado una huella de bien en la ciudad y en la sociedad cordobesa».
La Junta de Andalucía estuvo representada por el delegado provincial de Cultura, Francisco Alcalde, que trabajó en Cajasur durante el mandato de Castillejo y fue presidente de la Agrupación de Cofradías. Del equipo de gobierno municipal no se confirmó ninguna presencia, aunque la alcaldesa de la ciudad, Isabel Ambrosio, hizo unas declaraciones antes en las que lo calificó como «una persona importante en la sociedad cordobesa». Sí estuvo el subdelegado del Gobierno, Juan José Primo Jurado, y una amplia presencia de miembros del PP, encabezada por su presidente provincial, José Antonio Nieto. También asistieron el magistrado de la Audiencia Nacional Eduardo Baena y el fiscal jefe, Juan Calvo-Rubio. Cajasur estuvo representada por el director de su fundación, Angel Cañadilla; el director de comunicación, Jacinto Mañas, y el responsable de empresas de la entidad, Fernando Mariscal, además del presidente del sindicato Asprobank, José Ignacio Torres. Asimismo, acudió una amplia representación de hermandades y de la Agrupación de Cofradías y de la Federación de Peñas. Otros, como el presidente de CECO, Antonio Díaz, acudieron por la mañana a la capilla ardiente. A las 18.30 horas salía por última vez de la Mezquita-Catedral el presbítero Miguel Castillejo, un personaje clave para entender lo que ha sido Córdoba en sus últimas décadas. Cientos de personas le dieron su último adiós.
F. Expósito.