Hace ya mucho tiempo, todos los elefantes del mundo eran o negros o blancos.
Amaban a los demás animales, pero se odiaban entre sí, por lo que ambos grupos se mantenían apartados. Los negros, vivían a un lado de la jungla, y los blancos en el lado opuesto.
Un día, los elefantes negros decidieron matar a todos los elefantes blancos, y los elefantes blancos decidieron matar a todos los elefantes negros.
Los elefantes de ambos grupos que querían la paz se internaron en lo más profundo de la selva, y nunca más se les volvió a ver.
Comenzó la batalla. Y duró mucho, mucho tiempo. Hasta que no quedó ningún elefante vivo.
Durante años, no se volvió a ver ningún elefante sobre la Tierra. Hasta que, un buen día, los nietos de los elefantes pacíficos salieron de la jungla. Eran grises.
Desde entonces los elefantes han vivido en paz.
Pero, desde hace algún tiempo, los elefantes que tienen orejas pequeñas y los elefantes que tienen orejas grandes se miran unos a otros de forma un tanto extraña e inquietante.
Algunos dicen, que esto no acabará bien….
1 comentario
Lo entiendo. Pasó lo mismo con el Arco Iris, que siendo de siete colores y por pasarse la vida peleando entre ellos, llegaron finalmente a la conclusión de que era mejor opción volverse grises. Por eso el arco iris es gris.