SIESTA
Una visión de cruces de caminos donde, como un pantocrátor de silbos, grité en la oscuridad; la siesta alada ya no es posible, ni aún bajo un almendro de febrero puede esta espuma de paloma y lobo apacentar la paz, sentirse leve en el impulso de la memoria, ¡oh fantasmagoría de la materia que conduce a negar el pasado, a redimir sus brumas con cristalina lucidez sabiendo que sólo quedan páramos en todos los caminos que lleva al deseo.
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Carlos Rivera
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