A menudo no nos damos cuenta de la belleza que nos rodea hasta que alguien nos la muestra. Es entonces cuando apreciamos el valor de un paisaje determinado, de aquella pequeña planta, del animal que sobrevive cerca de nosotros o de los cambios que experimentan dependiendo de sus ciclos biológicos y de la estación del año. En esas situaciones valoramos la afición de determinadas personas, como la del mellariense Aniceto Torres Benavente, que sale desde año y medio al campo con su cámara de fotos para captar lo mejor de la naturaleza, que más tarde acerca generosamente a todos a través de internet.
Aniceto Torres tiene 50 años y cuando practica su afición lo hace equipado con una mochila en la que transporta un trípode, el hide, mandos, una cámara réflex y tres objetivos: «Un zoom angular, un macro y un zoom tele, que es el que utilizo habitualmente». Afirma que «hay que ir bien preparado porque los animales no te dejan acercarte». En este sentido, Torres Benavente, que se aficionó a la fotografía «en el boom de la digital que hubo en el 2005», valora que ahora se puedan realizar muchas instantáneas sin gasto alguno, debido a que «la fotografía de la naturaleza requiere mucha tirada para alcanzar la perfección».
De todas formas, conserva la afición a la naturaleza desde que era pequeño y la completa ahora plasmando la fauna y la flora –que califica de «variada y linda»– existente en la sierra Albarrana, en los cauces del río Bembézar y en el de San Pedro, donde habitan nutrias, halcones, garzas, culebras y lagartos, cuyas fotos forman parte de su colección, cifrada en más de 3.000.
Tanto disfruta este mellariense de la naturaleza que puede estar horas esperando capturar la imagen de un pájaro y tanto la ama que su norma principal es que «no vale todo con tal de conseguir una buena foto. Hay que seguir un código ético basado principalmente en la conservación del entorno y en no molestar a los animales, especialmente en época de cría». De sus afirmaciones se deduce que, por encima de todo, Aniceto Torres valora la observación de los animales en libertad. «Jamás preparo a un animal para una foto, no me gusta ver su tristeza», sentencia. Entre sus metas está el captar algún ejemplar de águila real o de gato montés, ya que «hay muy pocos y son muy esquivos».
Aniceto es padre de dos hijos, José María y Sergio, quienes comparten la afición de su progenitor, y ha publicado ya una foto en la web fotonature.org , espacio en el que cuelgan sus obras más de 400 personas. Precisamente eso es lo que hace Aniceto Torres, consigue intercambiar comentarios con otros aficionados, de los que ya ha obtenido buenas críticas y de los que manifiesta «haber aprendido mucho». Este fotógrafo comparte el lema de sus compañeros, que dice que «si quieres ser fotógrafo de la naturaleza, ármate de paciencia y ponte a ahorrar».