Era como si el tiempo se hubiese detenido y en una pequeña aldea habitantes de la comarca se reunieran alrededor de un antiguo horno de leña celebrando la fiesta del pan. Ese fue el ambiente vivido ayer en Los Pánchez. A mediodía Manuel Pablo Agredano, Pilar Madrid y el sacerdote Antonio Barragán ya tenían listo el belén popular y, un poco más abajo se instaló el mercado rural, en el que 15 artesanos, la asociación de mujeres de La Coronada y la de discapacitados Amagua vendían productos realizados en La Granjuela, Peñarroya, Belmez, Argallón o Alcornocal. Cestas y hueveras elaboradas con juncias, perchas, lámparas y bastones con cuernas procedentes de la caza, zahones, mosqueros de cuero, encajes de bolillos y ropa de hilo y lana, todo realizado de forma artesanal, completaban la oferta de compra.
Para comer, 50 kilos de migas en platos de cerámica y acompañados por sardinas asadas, torreznos, aceitunas y ajos fritos. La oferta de ocio corrió a cargo del coro rociero de Villaviciosa y se completó con la elaboración de picón en la que Antonio Núñez quemó 60 kilos de madera de encina; con la exhibición hípica de doma vaquera y alta escuela en la que Antonio Orive montó sus caballos Nauplión y Muñeco; y con la fabricación del pan, donde los más pequeños se embadurnaron con 25 kilos de harina y 4 de bellota con la que los miembros de la panadería Mari Carmen mostraron la creación de este alimento. Como colofón, el baile con el grupo Los Melaris .