Cuenta la historia que San Sebastián protegió a los habitantes de Fuente Obejuna de una epidemia de peste que asoló la zona, y la localidad, en agradecimiento, lo nombró su patrón.
Los mellarienses celebran por ello año tras año y en su día, el 20 de enero, una misa en honor al santo en la ermita que lleva su nombre. Seis han sido los sacerdotes que la han concelebrado, presidiendo la misma el misionero claretiano padre Antonio. La coral Lope de Vega cantó en esta ceremonia que ha servido de cierre a la octava realizada los días previos.
Tras la misa, San Sebastián ha sido portado en procesión por las calles de la localidad, acompañado por la banda de cornetas y tambores de la escuela municipal de música.
A su fin ha vuelto a vivirse una de las tradiciones típicas de este día, organizada por una comisión de vecinos de la calle Santo, que son los que desde hace unos años vienen trabajando para el mantenimiento de estas actuaciones, evitando además que nos vayamos de compras en vez de celebrar San Sebastián.
El padre Antonio bendijo varios kilos de naranjas que posteriormente fueron arrojadas al público, que las recoge y las guarda en casa hasta el año próximo.
A continuación tiene lugar la rifa del nabo de San Sebastián con la elección de una papeleta que premia a su ganador con una hortaliza de este tipo y de gran tamaño y que este año ha sido otorgado al poseedor del número 906. Los beneficios de esta venta serán utilizados para reparar las vidrieras de la ermita.
Finalmente, los asistentes se desplazan hasta el patio del antiguo colegio Manuel Camacho, donde el Ayuntamiento invita a migas, sardinas y una copa de vino a todas las personas que se reúnen para honrar al patrón.