La visita de Ana Botella a Los Blázquez y Fuente Obejuna se traduce en un acontecimiento social no exento de anécdotas y simpáticas situaciones
¡Ahí viene, ahí viene ya!, le salió del alma a una de las numerosas mujeres congregadas a las puertas del Ayuntamiento de Los Blázquez. Era una exclamación de alegría indisimulada, de deseo cumplido de anhelo soñado día atrás y que le había costado a ella y a otras muchas planificar el trabajo doméstico. El día anterior limpieza de casa, plancha a punto, y el cocido en el fogón para poder tomarse el día libre.
“Nosotras no podíamos perdernos esto. Ayer preparamos el cocido para poder estar aquí” comentó una lugareña. Era la una de la tarde cuando Ana Botella, la mujer del presidente del gobierno, José María Aznar, bajaba del coche que la había llevado, casi volando, desde un vagón del ave hasta su cita en Los Blázquez. Pronto se dejaron caer sobre ella. “Parece mentira verla aquí” comentaron. Mientras tanto, el alcalde Rafael Caro, que había abandonado su puesto por un inoportuno aviso desde mas allá del lugar de encuentro se daba una carrerita por la plaza (“paso a paso”)para no ser el último en saludarla.
Ana Botella, rodeada delos candidatos del PP cordobés, repartió besos y saludo, se llevó a los brazos a varios niños (“no vienen las cámaras mi nieta tiene que salir” se preguntaban) y recogió un ramo de flores y una placa en la que se le agradecía “su distinguida visita”. “Es muy simpática”, se decía en las calles mientras se dejaba rodear por cuantos quisieran acercarse a ella,
“Va a entrar a la iglesia mas gente que nunca”, sentenció un joven cuando vio que la mujer del presidente se dirigía a la parroquia Virgen del rosario y tras de ella el pueblo todo.. De repente, y de forma espontánea, los numerosos congregados entonaron la salve para agasajar ala ilustre visitante “Viva doña Ana”, ”Viva”, se escuchó como punto final al cántico religioso.
Mujeres y mayores
A dos pasos del templo, el hogar del pensionista y hasta allí se dirigió la comitiva. En el salón de actos, lleno hasta al bandera, el alcalde agradeció la visita de Ana Botella (solo con ello fue interrumpido con un femenino ero rotundo “ole ahí tus güevos”) y Rafael Merino, candidato al congreso , se metió al auditorio en el bolsillo haciendo referencia que la baja natalidad no va con los Blázquez; “Señal de que estáis vivos, sanos y con ganas” a lo que le siguió una cerrada ovación de complicidad.
Ana Botella, ante los colectivos comarcales de mujeres y hombres dedicó parte de su discurso a la violencia doméstica y a las medidas llevadas a cabo por el PP para atajarla. La mujer debe recuperar su autoestima y tener la seguridad de que si pide ayuda, la va a tener porque la violencia contra las mujeres es un ataque real a la sociedad, aseguró. El empleo y la formación de la mujer fueron otros de los ejes de su discurso, y apuntó una de las primeras medidas que quieren llevar a delante los populares: la de liberar a los empresarios de las cotizaciones durante un periodo de dos años por razón de maternidad, para que ésta “no pueda ser nunca la excusa de una discriminación laboral”. Y a los mayores les recordó que se había mantenido el poder adquisitivo de las pensiones y que el PP lleva en su programa propuestas para reforzarlas y mejorarlas en el marco del Pacto de Toledo.
Sor Josefa le pide ayuda
Pero la carrera continuaba. Ahora tocaba Fuente Obejuna. Menos público (era la hora de comer) pero el mismo calor popular “La tele hace más gorda” comentó una señora a su paso. En el ayuntamiento recibió unos presentes de manos de la alcaldesa, Isabel Pérez Nogales y una petición fuera de programa. Sor Josefa, directora de la residencia de ancianos, Los Ángeles. Se le acercó para pedirle que estudiara la posibilidad de buscar subvenciones para los 40 millones de pesetas en los que le han presupuestado la reforma de las instalaciones, una condición que les exige la Junta de Andalucía para poder firmar un concierto. Ana Botella prometió estudiar la petición espontánea.
Una visita a la escuela taller del palacio Modernista, la Casa Cardona, precedió a la comida con afiliados y simpatizantes en el restaurante la Cruz. Revuelto y lomo fue el menú, tan sencillo como sabroso. A los postres, la mujer del presidente hizo un repaso a la gestión del PP en estos cuatro años, y desgranó los logros en empleo, igualdad, pensiones, a la vez que pedía el esfuerzo de todos para ganar las próximas elecciones. (Rafael de la Haba)