Los vecinos de la calle San Sebastián y plaza del Santo junto a la parroquia y en colaboración con la residencia Los Angeles organizan en Fuente Obejuna la bendición de animales en la víspera de la celebración del día del patrón de los mellarienses
Siempre están ahí cuando buscamos su compañía, nos dan todo sin pedir nada a cambio y muchos trabajan para nosotros e incluso nos ayudan a mejorar nuestra salud. Son las mascotas, esos pequeños y no tan pequeños seres vivos que nos hacen la vida más agradable, que en Fuente Obejuna se congregan una vez al año en la plaza del Santo y lo hacen en la víspera del patrón mellariense, San Sebastián.
El encuentro se produjo en la tarde de ayer, en la que unos más asustados, otros, muy juguetones y todos bastante perplejos, se fueron colocando en una fila en la que, poco a poco, llegaron a la imagen de San Antón, encontrándose en ese momento con el sacerdote Rafael Prados, quien les roció con unas gotas de agua bendita para librarlos de todo tipo de males.
Más tarde, agapornis, periquitos, canarios, hámsters, conejos y un buen número de canes de distintas razas – incluido Nico, que vive con el cura -, esperaron unos minutos para que todos los asistentes, entre ellos el párroco, Florencio Muñoz, y los concejales Javier Montero y Luisa María Rodríguez, recibieran también la bendición.
La degustación de un buen vaso de chocolate caliente acompañado con dulces caseros, que tuvo lugar en el antiguo colegio Manuel Camacho, puso fin a esta actividad.
Y es que en Fuente Obejuna por estos días cada uno celebra su patrón.
