La Junta, PSOE, IU y colectivos sociales rechazan la propuesta de duplicar la capacidad del almacén. Malestar en la zona afectada por la incertidumbre de las ayudas que llegan por albergar el recinto
Instalaciones del almacén de residuos de El Cabril.
CÓRDOBA
El anuncio del presidente de Enresa, Francisco Gil-Ortega, de que se está estudiando la ampliación del almacén de residuos radiactivos de El Cabril (Hornachuelos) hasta un máximo de 28 nuevas celdas ha reactivado el debate en Córdoba sobre el impacto del centro dedicado a albergar los residuos de baja y media actividad procedentes de las centrales nucleares y de otros usos como el industrial o el sanitario. El desconocimiento que existía en los municipios de la zona sobre este proyecto que desveló el lunes pasado el máximo responsable de Enresa en un foro sobre nueva energía ha recuperado un debate sobre el uso de la energía nuclear, pero también sobre el impacto de El Cabril, tras aprobar en el año 2006 el Parlamento de Andalucía una proposición no de ley que por unanimidad del PSOE, PP, IU y PA rechazaba la ampliación del almacén. La consejera de Medio Ambiente, María Jesús Serrano, asegura que la Junta está «completamente en contra de la ampliación» para ser «coherentes» con lo aprobado por el Parlamento. «Hay que generar empleo, pero empleo sostenible. Andalucía ya ha pagado su cuota de solidaridad», añadió. A esto hay que unir la incertidumbre existente en los pueblos de la zona de influencia de El Cabril tras la desaparición de la Fundación Enresa y lo que sucederá con las ayudas que llegaban todos los años a los municipios. Solo el pasado año se destinaron a los municipios del entorno de El Cabril 3,3 millones por asignaciones reguladas por orden ministerial, a lo que hay que unir 850.000 euros procedentes de la Fundación Enresa. Algunos alcaldes ya se están planteando también las consecuencias que provocará en Córdoba la puesta en marcha del almacén temporal centralizado (ATC) de Villar de Cañas (Cuenca). La alcaldesa de Fuente Obejuna, Isabel Cabezas, asegura en un artículo publicado hoy en este periódico que este pueblo conquense y el entorno «se van a beneficiar de que esté el cementerio ahí; yo entiendo que nosotros que llevamos 20 años con algo que nos impusieron en su momento, tenemos que recibir algo más si en sus instalaciones se va a hacer algo más». Por lo pronto, los alcaldes del área de influencia (Fuente Obejuna, Hornachuelos, Alanís y Las Navas de la Concepción) se reunirán mañana con carácter de urgencia para abordar el anuncio de ampliación de El Cabril y las consecuencias económicas provocadas por la desaparición de la fundación.
Por su parte, la Asamblea Antinuclear de Córdoba, en la que se integran las organizaciones Anida/Fedasib, Ecologistas en Acción Córdoba, Equo, Izquierda Abierta e IU, reanudará sus actividades mañana tras las palabras del presidente de Enresa. Este colectivo relaciona la propuesta de ampliación de El Cabril con la iniciativa del PP de modificar «en profundidad» la legislación que regula el funcionamiento de las centrales nucleares para prolongar su vida.
Salvo el PP, que ha visto con buenos ojos la propuesta de ampliación por el impacto económico que tendría para los pueblos de la comarca, tanto el PSOE como IU han rechazado cualquier medida de este tipo. El secretario provincial del PSOE, Juan Pablo Durán, criticó la «sumisión» del presidente del PP de Córdoba, José Antonio Nieto, y de la delegada del Gobierno en Andalucía, Carmen Crespo, al aceptar la «hipótesis» de Enresa. Incluso, Durán recuerda que el portavoz del PP en el Parlamento de Andalucía en el año 2006, Salvador Fuentes, aprobó una moción contra la ampliación de El Cabril. En este sentido, el coordinador provincial de IU, Pedro García, reiteró que la postura de esta organización es el cierre completo de El Cabril.
F. Expósito.
