La Cardenchosa en verano

«Bendita tú eres Santa Elena» y «Viva Santa Elena», son frases de una tradición que se vive año tras año en la sierra de Córdoba. Santa Elena es la patrona de La Cardenchosa y Los Morenos, aldeas de Fuente Obejuna. De pequeño, siempre se ha nombrado en casa, y llevo ese recuerdo desde la niñez, ya hace muchos años. Las pequeñas y sencillas cosas se viven como grandes cosas en nuestros recuerdos pasados y presentes. Al encontrarnos en el contexto de una bella aldea, singular y única, nos hace partícipes de una experiencia llena de amistad, de familia, de cercanía a los demás. Con la melancolía de los que ya no están con nosotros, de la añoranza de sus besos y abrazos. Este año se ha notado más afluencia de público que llenó la iglesia y alrededores, un año más se contó con la celebración de la eucaristía, concelebrada por seis sacerdotes, entre ellos, el párroco, Juan Luis Carnerero, y el salesiano Teodoro Castillejo Rubio. Emotivas palabras que resaltaron la fe del pueblo a Santa Elena y los valores históricos que han llegado hasta nuestros días; como si fuese ayer, no pasa el tiempo. Es un legado que se va manteniendo de generación en generación. Con datos del registro civil, mi familia está asentada desde el año 1798, quizás antes, pero con más cercanía están mis tatarabuelos, bisabuelos, mis abuelos, y mis padres, pertenecientes a las distintas aldeas de Fuente Obejuna. Después de la homilía, sale en procesión Santa Elena por las calles de la aldea, un recorrido muy entrañable, un acto de fe, que recobra con fuerza los recuerdos entre cantos y rezos, con espíritu cercano a los demás, a las familias y amigos en el marco incomparable del lugar. La santa es llevada por mujeres, con prioridad aquellas que se llaman Elena, en mi familia hay más de tres, lo que demuestra el arraigo de este nombre en mi familia y sobre todo en los descendientes de la aldea de La Cardenchosa. En estos días, la aldea se hace grande, con bailes, excelente gastronomía, la convivencia, la paz, la tranquilidad, el tiempo se detiene, no hay prisas, se vive de una manera diferente. Un lugar donde las estrellas se ven todos los días con una nitidez que en las grandes ciudades en su propio egoísmo no dejan verse. No hay palabras para describir el entorno y la sencillez de estos días en la aldea, hay que ir.

Rafael Ledesma de Figueroba y de Gala (Cardenchosa) Fuente Obejuna

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