Un grupo de mujeres colaboran como voluntarias en el taller de costura y adaptan las ropas a todos los participantes, cifra que roza las trescientas personas.
Su nombre es Amparo Hidalgo y su edad supera los 70 años. Es, junto a María Martín, una de las dos voluntarias que han participado en todas las ediciones de Fuenteovejuna y lo han hecho en el taller de costura. Amparo Hidalgo afirma que «estoy trabajando por mi pueblo y he cosido mucho por mi pueblo». La mellariense, con respecto a la evolución sufrida por el vestuario añade que «ahora hay mucha más ropa y más bonita». Esta mujer forma parte del grupo de catorce personas que llevan casi dos meses trabajando cerca de cuatro horas diarias, –sábados y domingos incluidos–, bajo las órdenes del diseñador Lorenzo Collado para que las cerca de 300 personas que participan en las puestas en escena cuenten con sus respectivos trajes y con los complementos necesarios.
Otra de las voluntarias, Loli Pulgarín, explica que lo mejor «es lo bien que nos lo pasamos, esto quita hasta la depresión» y Charo Fuentes manifesta que «lo más complicado es la pasamanería», labor de la que ella misma se ocupa.
Entre las más jóvenes encontramos a Blanca Ruiz que, residente en Córdoba, se ha venido a casa de su abuela y cose «para ayudar a su pueblo» y la más pequeña es Triana Pérez que, con solo 12 años, «ayuda a coser y a ir a por los encargos». Por su parte Inma Ventura, que trabaja en organización, subraya «la ilusión con que trabajan estas mujeres y la profesionalidad de Lorenzo Collado». La alcaldesa, Isabel Cabezas, y la concejala de Cultura, Joaquina Alonso, visitan habitualmente a este grupo de voluntarias y han podido observar que ya han realizado un buen número de gorros, cinturones, bolsos, fundas de tambores, trajes para los músicos, capas para los reyes, gabanes, sayas y corpiños.
Por su parte, el diseñador de vestuario y decorados Lorenzo Collado ha explicado que en esta ocasión «se han acentuado las partes más especiales, como las batallas o los desfiles», por lo que también será mayor el número de soldados y de caballos. Aunque «el teatro es el arte de la mentira», afirma el también asesor en luminotecnia y efectos especiales, «se han comprado cascos de acero, que son, lógicamente, de verdad». Otras partes de Fuenteovejuna que se acentuarán será la batalla de Ciudad Real, que contará con cañones, culebrinas y bombardas como las empleadas en la época, y los tormentos, que alguna vez se realizaron a través de una ventana. Lorenzo Collado ha informado de que en esta ocasión «se contará con una maquinaria vistosa y teatral para que quede más patente la respuesta del pueblo ante estas torturas».
Tanto la entrada del comendador, acompañado por los militares, como la de los Reyes Católicos serán muy especiales –en la última hay un pequeño secreto–.
En cuanto al decorado, Lorenzo Collado añade que «es funcional, pero hay elementos que lo dotarán de vistosidad, siempre con rigor histórico».
El diseñador ha adelantado que «el castillo, situado donde ahora está la parroquia, arderá en la representación» y los escenarios se desplazarán. Es decir, que no habrá escenas aisladas en lugares concretos, sino que «todo es un todo». Grandes árboles secos formarán un bosque y se contará con un riachuelo en el que siempre correrá el agua.
La nueva estructura de la plaza permitirá que los caballos pasen en zig zag, para que todo el público pueda observarlos de forma completa y un pequeño jinete realizará incluso una exhibición, concluye el diseñador de decorados y vestuario al enumerar las principales pinceladas de lo que será Fuenteovejuna .
Las representaciones tendrán lugar entre los días 19 y 23 de agosto, ambos incluidos, en la plaza Lope de Vega de la localidad mellariense.