Juan Robles llega a El Caído para recuperarse de un desengaño amoroso. Allí descubre, a raíz de una serie de extraños acontecimientos, que sus gentes ocultan un gran misterio. Ayudado por un sacerdote y una niña enigmática, el joven decide lo que esconden las calles de la pequeña aldea. Este es, en síntesis, el argumento de la primera novela de Juan de Dios Garduño Cuenca (Sevilla, 1980), una breve pero eficaz intriga de terror, un género poco frecuente y menos aún en un debutante. Sin embargo, Garduño Cuenca se mueve con soltura en esos terrenos y se confiesa un cultivador del género de terror-tiene inéditas otras dos novelas- y un enamorado de este tipo de literatura, aunque reconozca que “con ella cuesta un poco salir adelante.
El autor es en la actualidad director del Club de Lectura de Fuente Obejuna.
